El libro de San Cipriano

"Habiéndose solicitado de Lucifer el cumplimiento de la promesa que me había hecho al invocarle entre la tempestad y sobre la cima de la montaña, me entregó un libro escrito en caracteres hebreos sobre pergamino virgen...". 

El libro de San Cipriano

La Clavícula del Hechicero
FUENTE: Revista española ENIGMAS Nº 166 (visita www.AKASICO.com).

Con estas inquietantes palabras a modo de introducción comienza El libro de San Cipriano, manual básico de hechicería y magia usado desde el principio de los tiempos. Un libro que he buscado entre los polvorientos estantes de las librerías más antiguas del mundo, entre la miseria y la suciedad, que es donde se hallan los verdaderos tesorosen papel escrito.
Pero como el destino muchas veces se burla de nosotros, de forma increíble, cuando menos lo esperaba -y por supuesto sin buscarlo-, este preciado ejemplar cayó en mi manos.

• El extraño viaje 

Llevaba ya muchos días de difícil camino atravesando los desiertos de la costa peruana. El paisaje era monótono como mi vida en esos últimos días. Pero algo que se aprende con el tiempo y la experiencia es que cuando todoparece perdido y tenemos la sensación de que el tiempo pasa demasiado lento durante el largo viaje que nos llevará a nuestro destino, nos topamos de frente con lo inesperado. Nunca podré olvidar aquel cúmulo de "causalidades" que nos llevaron hasta un hechicero que trabajaba la magia negra de aquel modo tan duro y difícil, como pocas veces había visto.
El brujo, aunque con recelo, aceptó recibirnos en su casa, un lugar ecléctico como pocos. Su habitación estaba presidida por una especie de altar que ocupaba más de la mitad del habitáculo. En aquel reducto sacro no faltaba de nada: desde fotografías de monseñor Escrivá de Balaguer hasta amuletos de dudosa y maléfica procedencia, el aguaflorida siempre presente, un cuadro del sagrado corazón de Jesús y sobre todo, lo que me dejó boquiabierto: un libro sin cubiertas y papel amarillento que parecía se iba a deshacer al tocarlo.Tenía el lomo de color rojo sangre, inspirando respeto, más aún cuando pudimos ver el título: El libro de San Cipriano, manual del hechicero. Entonces comenzó el compadreo con Samuel, aquel brujo perdido en el desierto sudamericano. Siempre se me ha dado bien el trato con este tipo de hombres; al principio son hoscos y difíciles, pero si dan la oportunidad enseguida se puedehablar amigablemente con ellos. Y eso fue precisamente lo que ocurrió. Comenzó a relatarnos cómo realizaba sustrabajos y de dónde obtenía su supuesto poder, cosa que nos dejó helados. Tenía en su habitáculo un cráneo humanopulido que decía era de su abuelo, al que consideraba el gran brujo, ese que le daba la fuerza para enfrentarse a los espíritus que le visitaban en todas sus ceremonias.
A continuación nos invitó a presenciar un trabajo que se disponía a realizar, un "amarre de amor", pero desembarazándose primero de la tercera persona que impedía aquella unión. Velas, fuego y el humo que abre las puertas del mundo invisible se hallaban presentes. Nuestra sorpresa se hizo mayúscula cuando empezó a invocar por su nombre a demonios para que le acompañaran en el ritual. Una ceremonia realmente oscura y que se prolongó durante casi cuatro horas, durante las cuales un servidor sólo tenía una cosa en su cabeza: conseguir El Libro de San Cipriano como fuera.
Durante mis largos años buscando un ejemplar había encontrado muchos en mi camino, pero todos falsos; incluso el clásico que se edita actualmente y podemos encontrar en cualquier libren'a. La diferencia con éste es que era auténtico, contenía los conjuros completos y la manera de realizarlos; era el principal instrumento de trabajo del hechicero Samuel. Al término de la ceremonia me encaminé directamente al oficiante. Aquí la negociación no sena cuestión de dinero, pues si para mí aquel manuscrito no tenía precio, para Samuel tampoco.
Como ya dije desde el principio hubo muy buena conexión entre el brujo y yo, pero cuando le comenté si podía conseguirme un libro como el suyo, la contestación no fue nada halagüeña: sena imposible, ya que ese ejemplar lo habían heredado durante generaciones, pues toda su familia se dedicaba a lo mismo. No había más que mirar a los ojos de su hijo para saber quién sena el sucesor, un muchacho regordete de edad indefinida, que no articulaba palabra y que cuando te miraba parecía que te atravesaba con esos ojos negros como la boca del infierno.
Samuel incluso se negaba a dejármelo para fotocopiarlo. En medio de la conversación se retiró a su habitación permitiendo que sostuviese el libro entre las manos, pensando que a su regreso daña comienzo el "ataque definitivo": ofrecerle una buena cantidad de dinero por él o salir corriendo con el libro bajo el brazo si la cuestión económica no funcionaba.
Cuál sena mi sorpresa cuando a su regreso me dijo: "Llévate el libro, creo que estará en buenas manos, pero jamás debes desvelar sus secretos". No sé lo que vena o haría en la habitación contigua, pero yo le di un abrazo mientras le espetaba un lacónico "gracias" que apenas salía de mi garganta, a la vez que iniciaba mi camino hacia la puerta... No debía darle tiempo de arrepentirse.

• En mis manos

Al fin había conseguido un original del mágico libro y comencé inmediatamente a devorarlo, con sumo cuidado para que, después de tantos años no se me desencuadernara entre las manos.
Las primeras líneas ya me dejaron helado. Este libro era una traducción del hebreo al alemán hecha por el monje Joñas Sufurino, bibliotecario del convento del Broken, montaña donde, según antiguas leyendas, los diablos y las brujas celebraban sus aquelarres y danzas macabras.
Resultó ser un auténtico tesoro de la llamada "magia verdadera". En este libro se encuentra lo más esencial que tienen los libros de su género, como El libro de San Cipriano, La Clavicula de Salomón, Invocaciones, actos y exorcismos, El Gran Grimorio o el pacto de sangre, Filtros, encantamientos y sortilegios... en suma, una auténtica máquina de conocimiento sobre ocultismo. Con mano trémula continué pasando sus páginas.

San Cipriano -entonces el mago Cipriano- cuenta que cuando Lucifer le entregó el manuscrito le dijo: "Ten este libro y ejecuta sus experimentos, con cuidado de cumplirlos exactamente como aquíte digo, pues no senas el primero en quedar ciego o mudo por un mal uso del poder absoluto que aquí te doy. Una vez abierto y cuando hayas tocado sus páginas nunca podrás deshacerte de él; si lo tiras al rio, a tu regreso lo encontrarás en tus aposentos, sobre el lecho donde duermes". Lo que más sorprendió al monje Joñas Sufurino fueron las frases que encontró en sus primeras páginas, en alemán antiguo, traducido con anterioridad y de manera literal del hebreo. Se podía leer: 'Tratado completo de verdadera magia oTesoro del hechicero", con una firma bien clara debajo: Lucifer.
Sufurino ofrece sus propias conclusiones: "Sé que los espíritus oscuros o bajos existen. Al igual que el hijo de Dios se apareció al diablo poco antes de morir, yo decidí invocar al señor del averno. Una noche de tormenta era la adecuada, abrí" la ventana de mi celda y ante los golpes del aire y la lluvia invoqué al maligno, que no tardó en aparecerse ante mí y concederme una relación por la que siempre estaña a mi lado, pues si yo accedí a la vida monacal y vine a este monasterio fue para estudiar la inmensa biblioteca sobre poderes demoníacos que hay en él. El diablo me desvelara los secretos de este mágico libro, el precio sena mi alma, que a pesar de ser fraile pensé que era un es-
cueto precio por un conocimiento que se ha buscado desde que el hombre es hombre. Este libro es la llave de oro que abre los arcanos de la vida y la naturaleza, completamente ignorado por los seres incrédulos y mortales".

• Encantamientos y sortilegios

Las instrucciones que San Cipriano señala en su tratado para poder manejarlo son las siguientes: "Aquella persona que quiera dedicar su vida a las artes mágicas del mal debe tener bien claro que los espíritus leen sus pensamientos;no debe de distraer su atención ni lo mas mínimo del trabajo que está ejecutando, no pudiendo trabajar en lugaresdonde hay cruces o símbolos bendecidos y debe estar absolutamente solo cuando realice los conjuros". La verdad es que estas instrucciones no ofrecen mucho sosiego cuando debes quedarte sólo con el diablo y su séquito de espíritus malignos en una habitación... Entre otros aditamentos mágicos deberemos tener un cuchillo de mango blanco, uno de mango negro, un bastón, y una aguja de considerable tamaño. Y lo principal es no revelar nunca a nadie los secretos que veremos durante nuestras invocaciones y viajes al "otro lado".
Los conjuros que hay en el libro son de lo más variado y sirven para muchos menesteres, como conseguir la invisibilidad, algo que parece sencillo al leerlo por primera vez, pues básicamente se trata de conjurar al omnipresente Lucifer, con las palabras mágicas precisas, mientras tiramos un vaso de vino al suelo y rasgamos el aire con el puñal de mango negro. Por ello, el capítulo más importante tal y como señala el libro es el de "Invocaciones, Pactos y Exorcismos", que reza lo siguiente: "Esta es la parte más importante de las ciencias mágicas, pues con ella podremos establecer tratado y pactos con todo tipo de espíritus sobrenaturales".
No hay que dudar que aquél que se atreva a poner en práctica los experimentos que aquíse describen, debe tener bien claro que no hay marcha atrás y que algunos espíritus intentarán mortificarle para que desista del intento. No obstante se debe aguantar o los tendremos presentes dañándonos durante toda la vida. Los que tengan fe y temeridad llegarán a conseguir el dominio de cosas maravillosas y a manejar a las personas a su antojo, pero los que duden o intenten engañar al maligno lo pagarán de manera horriblemente imaginable, muchas veces viviendo sin alma en el mundo de los vivos, atormentados y mortificados sin haber obtenido beneficio alguno".
Son conjuros sencillos que siempre van acompañados de invocaciones al maligno. Si funciona o no, no es lo que valoré cuando ojeaba por primera vez el extraño incunable. Lo más importante es que desde hace siglos éste ha sido el tratado de magia más importante del mundo y por él han muerto muchas personas; es, sin lugar a dudas el libro más buscado de las ciencias ocultas.
Lo que debemos tener claro es que el ser humano no es tan ignorante como para equivocarse durante siglos y optar por venerar un libro que no es más que un montón de páginas viejas, guardado generación tras generación; algo debía ocurrir cuando este manual se utilizaba.
Cuando preguntas a iniciados en este tema, nadie quiere saber nada, incluso se niegan a tocar el libro. Todos conocen la maldición que señala que si lo abres nunca podrás deshacerte de él. Hace varios años que lo tengo en mi poder y no lo he intentado, cosa que sí he hecho con algunos amuletos y estatuas africanas que me acompañaron desde Zaire y no me dejaban dormir desde el momento en el que pasaron a ornamentar algunos rincones de mi casa.

En esta página, parte del altar del hechicero Samuel, con imágenes de distintos santos y vírgenes, el citado San Cipriano e incluso un texto de Escrívá de Balaguer. En la otra pagina, el propio Samuel durante uno de sus enigmáticos rituales. 

• El arte de invocar a los muertos 

Desde tiempos remotos se invoca a los difuntos para realizarles consultas, o para que nos ayuden en la vida terrenal, con el poder de las sombras. En esto los griegos eran los más avezados, pues disponían de oráculos dedicados a la adivinación y al manejo del porvenir con ayuda de los fallecidos. En ciudades con una fuerte simbolo-gía mágica, como Salamanca oToledo, se cuenta que existían profundas cuevas donde había escuelas de nigromancia y muchos sabios impartían allí sus enseñanzas.
El arte de invocar a los muertos es otro de los rituales principales de La Clavícula de Salomón, donde se especifica cómo fabricar el famoso anillo del rey hebreo, considerado mago por los antiguos, y cómo debemos invocar con éste colocado en la mano derecha; mientras la situamos junto al corazón, debemos preguntar con una fe absoluta. En ese instante ante no-
sotros, supuestamente, aparecerán los espíritus que nos han de brindar su ayuda. Así lo explica detalladamente el libro y no dudo que algún día recitaré estos conjuros, por mero afán de conocimiento. Tras leer los extraños hechizos en las páginas de este oscuro libro, que parece que se va a desintegrar entre mis dedos, me viene a la memoria la novela El nombre de la rosa, de Umberto Eco, donde las páginas de los volúmenes prohibidos estaban envenenadas y los frailes mon'an al pasar el dedo por ellas y llevárselo después a la boca.
No sé si algo así fue alguna vez real, pero lo cierto es que en el momento de echar aquel primer vistazo al libro de los libros mágicos corri a lavarme las manos en el primer cubo de agua que encontré en una gasolinera, ya a mi regreso; ese coloro tinte rojo que tenía en su lomo no me ofrecía ninguna confianza...
Al fin tengo el ejemplar más deseado en mi poder, que como todo elemento mágico se debe estudiar, respetar y, por qué no, una vez realizados cuidadosamente todos estos pasos, utilizar. Pero eso, de atreverme a hacerlo algún día, es otra historia que ya les contaré...


• El Sanctum Regnum

El Sanctum Regnum o la manera de hacer pactos con el diablo sin resultar dañado se explica en La Clavicula de Salomón. Es uno de los mayores secretos y conjuros, pues siempre que se trata con el señor del averno alguien puede salir dañado. Es el proceso más complicado y sólo se recomienda a los grandes ¡nielados, ya que la preparación no está al alcance de cualquiera, pues se necesitan objetos especiales como pieles de cabra virgen o dibujar complicados círculos cabalísticos protectores en los que no puede haber el menor error, todo ello con complicados talismanes elaborados por expertos en ocultismo, en la fecha y hora exacta sin equivocarnos. Es entonces cuando podemos iniciar el ritual y, nunca mejor dicho, que sea lo que Dios quiera...

• Vida de San Cipriano

El santo que se venera con ese nombre fue uno de los magos más importantes de la antigüedad, antes de convertirse al cristianismo. Nacido en Antioquía. hijo de padres muy ricos, ejecutó todas las artes comprendidas en la magia, en especial las negras, en las que el diablo, según decía, estaba presente, hasta la edad de 30 años, que fue cuando adoptó la religión de Cristo. Dejó infinidad de libros y tratados sobre la hechicería y la magia más profundas. Todos los que le conocían comentaban que tenía un poder supremo sobre los espíritus infernales y que éstos obedecían sus órdenes sin dudarlo.
Su conversión vino de una manera inesperada: un joven de Antioquía le pidió un trabajo de magia para recuperar a su amada. Justina, una bella muchacha que había
aceptado la fe cristiana, dejando al muchacho para dedicar su vida a la nueva religión. Cipriano utilizó todo tipo de encantamientos pero no conseguía nada; la muchacha se agarraba a la cruz y resistía todas y cada una de las tentaciones. Entonces Cipriano invocó a Lucifer y le preguntó por qué con todo el poder que él le había otorgado no conseguía doblegar a una simple mujer. Lucifer le contestó claramente: "El dios de los cristianos es el dios de todo lo creado y yo también le debo obediencia y no puedo actuar contra alguien que cree en él".
Entonces Cipriano le dijo que siendo así renegaba de él y abrazaba la fe cristiana, lo que hizo sin dudar, recibiendo más adelante el martirio. Posteriormente fue elevado a los altares de la Iglesia católica.